jueves, 28 de febrero de 2013

Santiago Centro fue nuestro.


He intentado escribirte, más sin embargo, el miedo paraliza toda intención, además, ¿para qué repetir/decir aquello que ya sabes, que es tan obvio, tan yo?

Recorro la ciudad con mis pies chuecos y cansados,
doy vuelta en cada espacio de ella,
giro por una esquina y te veo en un papel tirado,
pienso " ¿por qué?"
y rehuyo del lugar.

¿Sabes que se siente intentar huir de un recuerdo latente?

Busco otra calle, me adentro entre las orillas,
espero no encontrarte otra vez en mi mejilla,
pero al levantar la vista veo una pared,
esa misma donde en algún momento plasmaste un beso
y mi cara tan sonrosada, tan rebosante en aquel reflejo de muralla
se opaca, se aleja, enmudece de pena.

Con un dejo de valentía, continúo mi camino; error.

Parece ser que las calles de la ciudad buscan torturarme, porque recorro calles que nunca nos vieron, sin embargo, ahí estamos; pared, besos, peleas, palabras, abrazos, gestos, manos, espaldas, pies, zapatos.

La ciudad me arrebata las ganas, sentarme parece lo correcto; error.

Sin saber cómo, sin saber dónde y sin saber por qué,
fijo mis caderas en un lugar que espero se convierta en un nuevo lugar favorito, mío, lejos de él/ti.
Abro los ojos, porque el camino fue a ciegas, y te veo.
¿Cómo llegué a nuestro punto de encuentro? Pies traicioneros.
Me consume la tristeza, sucumbo ante ella.

Camino, porque avanzar es parte de las reglas impuestas. Esas que yo nunca acepté, esas que yo nunca amé, esas que de la noche a la mañana me pegaron una bofetada y que grabé en mi mente, tan reacia a obedecerme siempre, por qué ¿para qué seguir mintiéndo? el corazón, en mi vida, siempre prevalece, y aunque intente huir de las calles callejeras de una ciudad que nos alojo por estadía limitada, aún espera, como siempre, soy Penélope y Santiago Centro está mi mente:


¿Sabes que se siente intentar huir de un recuerdo latente?



Hombre poco emocional, tú, Santiago Centro fue nuestro.



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