Penélope: Estúpida y romántica O Románticamente estúpida.
La eterna mujer que espera y espera y espera....¿Y Ulises? Que se va, que volvió y que se fue...
by Jorge, el ciclista.
domingo, 21 de noviembre de 2010
lunes, 15 de noviembre de 2010
Dependencia.
Claramente, va más allá de poseer una buena salud mental. Sí, estamos todos claros que algo me falla dentro de la cabeza. Básicamente, el día de hoy fue una especia de "consultorio sentimental", todos me daban consejos amorosos. Lo más extraño , es que no tengo con quien aplicarlos.
El mas recurrente es el que pienso auto-aplicarme "Quédate sola un tiempo": Claro, para la gente que lo dice es re fácil, pero para una persona que asume su dependencia al sexo opuesto, es todo un problema derivado matemático tridimensional elevado a mil. No exagero, es realmente un gran reto. Quizás, me hace ver más tonta de lo que ya soy el hecho de no poder estar sin un hombre al lado, un contenedor de mi vida. Es un tema complejo, mi psicóloga lo atribuía a un vacío con la imagen de mi padre, no sé, no creo buscar la figura de mi papá en mis parejas y si así fuera, que miedo me doy. ¿No sería una especie de complejo de Electra? o una leve relación con el "incesto". Asumo que exagero, para variar.
El asunto es bien simple, me gusta sentirme parte de la vida de otro y tener a alguien en mi vida. El problema es, que este último tiempo, todos los hombres me parecen especímenes traídos de un mundo sin mujeres, o definitivamente, aliens que debo aniquilar. Nada me gusta, nada me atrae. No quiero ser injusta tampoco, cada uno de los compañeros que he decidido tener este último tiempo ha sido por que algo han logrado cautivarme, pero ya está, no pasa de eso, mi pasión muere así como llegó ¡Pum! se esfuma.
Seré yo la que está mal, al verme sola, sin mi cablecito amarrado a nadie, es como flotar en un vacío inmenso, mientras paseas por la ciudad y ves millones de personas enamoradas unas de las otras, o lo que es peor, sabes, no sabes cómo, pero sabes, que todos tus grandes amores, tienen su nuevo nido...y te comienzas a poner un poco más frenética y desesperada por hallar a alguien que te llene, que te cause algo, que re mueva las polillas...
¡Qué rayos! Estar sola apesta, no me vengan con cuentos chinos.
Tontería.
Debería reconocer que con el tiempo me he vuelto más tonta, y no lo digo para que la gente sienta pena de mí, se ha vuelto un hecho comprobado científicamente por los estudios de mi vida. ¡Qué bajo he caído! La "tontera" debería ser una enfermedad tratada en el AUGE, quizás, muchos nos curaríamos y arreglaríamos el mundo, todos juntos, como dice la buena canción de Los Jaivas. Pensándolo bien, que el gobierno invierta en tontos como yo, no me parece tan mala idea.
Al fin y al cabo ser tonta está directamente relacionado con las malas decisiones que he tomado estos últimos años de mi vida, un ejemplo de ello, los últimos tres. Y ojo, no digo que antes era una Einstein en potencia, pero al menos sabía que dos más dos son cuatro, y que donde bailan dos, un tercero mira, y de pasadita, sobra.
Si hasta Mafalda lo dice: ¡Tonta!
Al fin y al cabo ser tonta está directamente relacionado con las malas decisiones que he tomado estos últimos años de mi vida, un ejemplo de ello, los últimos tres. Y ojo, no digo que antes era una Einstein en potencia, pero al menos sabía que dos más dos son cuatro, y que donde bailan dos, un tercero mira, y de pasadita, sobra.
Si hasta Mafalda lo dice: ¡Tonta!
domingo, 14 de noviembre de 2010
Uno
Hace unos días atrás sentí temor. Ya no sentía las letras en mí. Asumo que no escribo grandes obras, sólo escribo para mí y, quizás, para aquel lector que por error, llega a un blog vacío en admiración contemplativa.
No sé, todo aquello que me rodea está lleno de "quizás". Siempre ha sido así, siempre lo será.
¿Qué es esa sensación de "necesidad a escribir"? Me parece tonta, vacía en si misma, no lo sé.
Lo que yo siento es un ahogo, ansías, una frustración, quizás, una desesperación... pero esa soy yo.
Y a las finales ¿quién soy yo?: una mujer con estados bipolares cuya vida gira, la mayoría del tiempo, en el pasado y en el pensamiento de "pudo ser y no fue" o "cómo sería si...". No soy más que yo, y ni aquellos que me conocen logran pre-decirme. Soy volátil, vivo en un nube, quizás, en un mundo paralelo, quizás como muchos, en un mundo propio, el mío, con constantes altibajos y contradicciones, lo que me hace ser tan inestable como, últimamente, es el clima de la ciudad de Santiago de Chile.
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