lunes, 19 de noviembre de 2012

Juan Pablo Karandino

Mi amor

Con motivo de nuestra unión, tardíamente, es que he decidido hacer pública mi devoción hacia ti. ¿Público? sé cuanto odias que haga esto, pero ya que va, cuando sientes el momento de decir algo lo dices y ya.
Ante todo, me resulta difícil lograr explicar lo nuestro. "Lo nuestro" aquello que tanto anhele, años mi amor, años, imaginando tenerte a mi lado, sin siquiera saber por qué era tan grande ese deseo, sin saber los riesgos que corría, los temores contra los que debería luchar, y en el fondo, deseaba tu presencia al lado mío, segura de nada y al mismo tiempo, de todo. Finalmente, un 15 de septiembre y por una inocente invitación proveniente de tus dedos, fui directo hacia tus brazos. Me abriste tu mundo cuando eramos primos ante los demás y no quise jamás irme de él. Esa noche, entraste a la habitación con un dejo de ternura y por una nada prudente petición de mi cuerpo, te recostaste a mi lado, nos abrazamos, nos acercamos, sentí tu respiración tan dulce y nos besamos. Es cierto, no fue nuestro primer beso, esos ya los habíamos vivido, sin embargo, ese beso marcó la diferencia entre un 14 de septiembre y  dos meses más adelante. Con los mismos temores no compartidos, ese fin de semana nos limitamos a mirarnos, a besarnos casi a escondidas y si no fuera por unos tragos demás, los primos seguirían siendo los primos públicamente, al menos por esas noches. Tras eso, vino el encuentro más pasional, lo recuerdo y sé que tu también, no estoy tan loca como crees, eso no lo haré público, pero sí te diré que, esa mezcla de risa, respiración y entrega, jamás se borrara de mi memorial corporal.
De ahí en más, tímidamente, nos dijimos aquello que pasaba entre los dos. Si existe algún sentimiento que caracterizó nuestros comienzos ese sería el miedo. Nos conocíamos, no podíamos fingir caretas, tu no eres un príncipe azul y yo no soy una princesa de hadas, aunque a veces finjo serlo sólo para odiosarte un rato. Mi corazón no ha dejado de latir desde ese momento, es cierto, ha sido más complejo de lo que nos podíamos imaginar y los cuestionamientos ha surgido más allá de lo esperado. Hemos tenido dos grandes remezones de nuestro amor: el primero de tonteras, el segundo por error, y es complejo encontrarse con tantas adversidades cuando lo único que quiero es acostarme a tu lado, sobre ti, rodearte con mis besos, empaparte el alma de nosotros, para que nunca olvides mi nombre, para que nunca olvides lo nuestro.

Quiero dejar una huella en ti, lucharé porque no demos un suspiro de agonía nunca más. Quiero imaginarme que esto es eterno, porque jamás quiero verlo morir, porque de soñar se basa la mitad de mi vida y mi otra mitad la aportas tu cuando me bajas a la tierra y me aterrizas a tu lado. Quiero enseñarte a que no todo lo que nos rodea es negro y blanco, que existen los matices y eso hace que la vida sea  más compleja aún, pero al mismo tiempo, más simple. Quiero ser capaz de que veas a través de los ojos de una mujer muy diferente a todas las que has tenido y que hagamos nuestro camino juntos. No sé si estaba escrito estar juntos, no sé si estamos forzando al destino con todas nuestras decisiones, yo sólo espero que construyamos  un "lo nuestro" a la par, por ti, por mi, porque merecemos ser felices del amor mismo que podemos llegar a sentir el uno por el otro, del cual, no tengo dudas, sólo espero sentirlo hasta que me queme el alma de alegría y no el corazón de dolor. Quiero disfrutarte. Quiero besarte. Quiero acariciarte y tal ves, sólo tal ves, que tu también me acaricies a mi... mentira, eso lo quiero todo el tiempo.

Si hace un tiempo atrás alguien me dijera "Oye, vas a estar con él" yo  lo miraría y le diría: "Estás más loco que yo y eso es decir demasiado" y me hubiese quemado en el infierno por dudar de algo que hoy se materializa frente a mis ojos. Sigo teniendo miedo, en demasía, supongo que tu también y la verdad, no estoy segura de dejemos de sentirlo en algún momento, espero que sí, espero que seamos capaces de abrirnos a los dos, de que te dejes llevar por esta mujer más niña que mujer propiamente tal, que te entregues a este amor de quince años que tengo para dar.

Inseguridades hay un millón, unas más importante que las otras, inseguridad a perderte, a jugar sola por todo, a arriesgarlo todo, por nada y es válido, ambos hemos vivido experiencias que nos han forjado a ser como somos, lo importante es ser capaces de forjar una nueva realidad.

Yo sólo te invito a ti, Karandino de Karandilandia, a querernos, más allá de todo y por encima de todos, porque en el día de hoy, me considero sólo tuya y sólo tuya quiero ser.

Y porque esto, que escribí un domingo 8 de febrero del 2009 sigue siendo una verdad absoluta, ahora más que nunca:

Eres y serás siempre aquel loco extrovertido que se robo un pedazito de mi corazón y que hoy siento más cerca que nunca, con tus consejos de niño extraviado del mundo cuerdo, de ese mundo que eres parte y me invitas a visitar cada vez que te imagino sonriendo al otro lado de la pantalla, ese mundo en el que solo existes tú y tus fantasías, tú y tus extravagancias peculiares... a mi me da igual lo que diga la gente, yo quiero formar parte de ese mundo para siempre.

Si tuviera que contar las sonrisas que haz sacado de mis labios, no tendría número en mente que abarcara tal alegría.


Te quiero JuanPi, el loco más demente de mi vida.






No hay comentarios:

Publicar un comentario