domingo, 12 de febrero de 2012

A (grito ahogado, grito sofocado)

Existe algo que me detiene a escribir lo que quiero escribir. No me agrada realizar una especie de flujo de consciencia, ni siquiera sé lo que quiero decir, sólo quiero dejar de pensar, mi mente no para y el torbellino de ideas, palabras y personas me tiene exhausta. Ni siquiera me considero una persona importante en la vida de nadie como para poder decir que tengo tantos problemas en la vida. Siempre me cuestiono si es posible que la presencia de una persona determine el acto de otras, cada vez que me cuestiono eso me doy cuenta que muchas de las acciones de todos están sujetos a los demás, y no sé si eso me agrada en demasía. Me gustaría formar parte de ese mundo que no provoque nada en la vida de nadie. Pasar la mayor parte del día inmovilizada creo que me ayuda en eso, después de todo si uno no quiere mover un pie y luego el otro, no quiere mover un brazo, gesticular, expresar sentimientos, está en su derecho. Nadie nos obliga  a hacerlo, sin embargo, aquí estamos todos, creyéndonos dueños de poder actuar de la forma que queramos, creyendo que somos libres en un mundo que nos impone desde lo que comemos hasta lo que vestimos. No sé, la mayoría del tiempo quiero salir de mi cuerpo y observar el mundo, la mayoría del tiempo busco hacerlo, no es fácil expresar algo que nadie logra entender, ¿cómo explicarle a la gente que te cuestiones hasta el acto de respirar? y no es un pensamiento de estado depresivo, es la imposición, esa imposición de la naturaleza .  Y todavía hay gente que cree que somos libres, y la loca soy yo.

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